“Urutopías”, su reciente opereta discográfica, ahora tiene su novela gráfica.


Nicolás Peruzzo, ilustrador.

Aquella urutopía que nos prometieron a comienzos del Siglo XX, ese futuro idílico donde todo sería posible, desde construir un majestuoso estadio donde nos coronaríamos campeones del mundo, a vivir en una ciudad de fastuosos edificios de estilo Art Decó (¡que además serían puertos para dirigibles!), se ha concretado por fin.

Los Montevideanos disfrutan de este apacible paraíso amurallado alejados de los peligros y la incertidumbre del mundo exterior, custodiados por el gran zeppelin que sobrevuela la ciudad.

Pero como todo paraíso, la urutopía no es para todos, sino para quienes pueden costearla.  Miles de excluidos de la urutopía sobreviven del otro de los muros, entre las ruinas de la antigua Montevideo, ahora abandonada. Entre los escombros de los juegos del Parque Rodó y del Teatro de Verano surgirá un movimiento de arte urbano que se rebelará contra el orden imperante, con el objetivo de despertar la conciencia de quienes viven dentro y fuera de la urutopía.

Nicolás Peruzzo





“Urutopías”, la novela gráfica.
Prólogo de Alfonso Carbone

El rock y el cómic tienen mucho en común. Como formas de arte pop no es difícil ver los puntos de encuentro.  No es fácil encontrar los comienzos exactos de este matrimonio aunque hay menciones a los rockers en algunos cómics de finales de los años 50,  especialmente Hot Rod Racers, pero de lo que no cabe duda es del inicio en los 60 cuando los personajes de la popular revista Archie forman su banda de rock : The Archies. No solo la revista fue un éxito enorme, sino que la banda cobró vida cuando con distintos músicos de sesión publican el single “ Sugar, sugar “, que rápidamente fue un hit mundial,  acompañado por el primer álbum de la “banda”. 

  A partir de ese caldero de creatividad sin límites que fueron los sixties hasta el presente, las referencias son muchas.  De Los Beatles con su serie de TV animada y algunos ejemplares de su revista, hasta el tal vez más notorio por su obvia similitud con la vida real que es Kiss, muchos grandes del rock han tenido sus cómics.  Kiss se asoció con Stan Lee, quien ya había incluido referencias a Los Beatles por ejemplo en aventuras de Los Cuatro Fantásticos, y aunque su asociación tuvo corta vida abrió el camino para un mega negocio para la banda.  Otra referencia inevitable son The Monkees, cuartero armado para una serie de TV que terminó siendo un grupo real que dejó varios discos pop más que aceptables. 

  La lista es interminable.  De Morrissey a Metallica muchos rockeros han accedido al mundo del cómic.  El Heavy Metal en particular tiene una conexión profunda con el mundo fantástico del cómic.  Desde Eddie,
la “mascota” de Iron Maiden, inspirada en el género, hasta incontables canciones del género basadas directamente en personajes de distintas historias de cómics esencialmente europeos plenos de mitos y leyendas.





  Dejo para el final a Los Simpsons, por cuyas viñetas animadas han desfilado desde Paul y Ringo, hasta Elton John, Green Day y tantas otras “estrellas” del rock como parte activa de la disfuncional familia que acompaña desde hace ya años a varias generaciones, y a Sesame Street, otra familia que se acercó al rock con parodias a clásicos de Springsteen o Billy Idol, pero que tuvo su peak en sus polémicos y geniales “Hey Food” ( Hey Jude”) y “Letter B” ( Let it be) acompañados del inevitable album “Sesame Road”.  Los Beatles no estuvieron tan felices en ese entonces, pero el recuerdo vale. 

 ¿¿Y en Uruguay??  La Tabaré, la banda más cercana a lo teatral,  se une definitivamente al cómic con su futurista —y no tanto— opereta Urutopias ;  con ese personaje transgresor y subversivo, el Sapo de Darwin, que con su pandilla de barriobajeros de una cultura a contramano, lucha contra el establishment de una sociedad decadente, en la que unos pocos viven cómodamente en una ciudad amurallada, mientras los muchos de siempre sobreviven, como pueden, en los desechos de un apocalíptico e inevitable pasado-futuro. El Sapo de Darwin lidera este movimiento insurrecto que surge del Uruguay que sobrevive en las ruinas del extramuros, con una nueva cultura urbana que intenta despertar la conciencia de aquellos que viven en esta “Urutopía” delirante.

  En realidad todo lo anterior es algo que en el fondo no es más que una reseña que no agrega nada, pero me permite el privilegio enorme de volver de alguna manera a reunirme con Tabaré Rivero en esta opereta aguda y brillante que es Urutopías, el mismo Tabaré al que hace ya más de 35 años produje sus primeros discos, y el inmerecido honor de haber sido invitado a escribir este sinsentido por el gran Nicolas Peruzzo, a quien admiro,  desde mi pasión por el cómic , por su talento mayor y su pasión por la música, a la vez que agradezco este inmerecido gesto hacia un fan de ambos, Tabaré y Nicolás, artistas ellos que desde sus trincheras luchan sin pausa contra el callejón de la desolación cultural. 

Viva la sociedad alternativa. 
Alfonso Carbone.


"URUTOPÍAS"
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